La Conferencia Episcopal Puertorriqueña, la cual reúne a todos los obispos católicos de la Isla, expresó hoy un “rechazo inequívoco” a la Junta de Supervisión Fiscal y llamó a los electores a expresarse en las urnas contra la colonia, el aumento en los impuestos, el partidismo y la corrupción, entre otras cosas.
“En momentos como éste, se hace cada vez más urgente la toma de conciencia sobre la necesidad de una participación ciudadana activa y concertada que permita afrontar los desafíos de esta realidad”, afirmaron los religiosos en un mensaje al pueblo de 10 páginas, al cual titularon “Puerto Rico: Hora de fe y de esperanza”.
A casi un mes de las elecciones generales, los líderes católicos se expresaron para denunciar la situación colonial de Puerto Rico. Principalmente, mostraron preocupación de que la Junta designada por el gobierno de los Estados Unidos reduzca a Puerto Rico a ser un país pobre, proveedor de materia prima y trabajo barato, en donde se niegue el derecho al desarrollo integral.
“Denunciamos la situación colonial de Puerto Rico que ha quedado crudamente manifiesta ante esta crisis fiscal, al no poder recurrir a un proceso de quiebra ordenado y sistemático; y ante la concesión del poder decisional a una Junta Fiscal externa sin la participación democrática de los ciudadanos, pero con efectos en todos los ámbitos de nuestra convivencia social. Ha llegado la hora de decir no al colonialismo histórico que se ha acompañado de leyes injustas como las de cabotaje, la demagogia partidista, la mentira y el oportunismo de muchos líderes e inversionistas. También, advertimos de nuevos colonialismos a través de ideologías y poderes anónimos que esclavizan, globalizan la uniformidad con fines lucrativos y violentan las culturas y tradiciones de los pueblos”, afirmó la Conferencia Episcopal, encabezada por el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves.
Pero más allá del panorama opresor que presentan, los religiosos destacaron que este tiempo de crisis también puede servir como una oportunidad para buscar nuevos caminos.
“Hoy, más que nunca, es necesario velar por la eficacia y la eficiencia de las instituciones gubernamentales y por el uso adecuado de los recursos públicos en un balance entre las necesidades actuales de los ciudadanos y los proyectos que garantizan nuestro desarrollo hacia el futuro”, indicaron los católicos.
Luego, reclamaron un cese al aumento en impuestos que principalmente debe pagar la clase media, pues alegan que ha representado la ruina económica y la motivación de muchos a abandonar la Isla.
“Para lograrlo, hay que reconocer la política como la oportunidad de descubrir las mejores cualidades de los seres humanos y la capacidad transformadora del poder, para que, mediante la participación articulada de todos, sea posible adelantar el bien común como medida de justicia”, aludieron.
“Es la hora de una revolución moral y una transformación radical de nuestro modelo económico y de la participación ciudadana. Este esfuerzo, aunque sacrificado, nos guiará a una nueva senda de progreso y desarrollo que afiance nuestra dignidad individual y colectiva. Esto requiere mirarnos colectivamente con amor patrio, atesorar el legado que hemos recibido de nuestros padres y antepasados, y lanzarnos al futuro con fe y esperanza”, sentenció la Conferencia Episcopal.